El otro día
de camino a casa
borracho
y un poco colocado
descubrí algo
maravilloso
El otro día
de camino a casa
me di cuenta de repente
de la cantidad de árboles
que crecen majestuosos
cerca del río
Entonces me quise llevar
una hoja de cada uno
y al hacerlo fui consciente
de que ninguno era igual
de que cada uno era de una especie
distinta
Y borracho
me costaba entender
como antes no me había fijado
despejado
en todas aquellas moles
centenarias
Había pasado por delante de ellas
y cruzado la sombra que proyectaban
un millón de veces
sin fijarme
ni reparar una sola vez
en su mera existencia
Qué aburrida rutina
brillante
que nos deja ciegos
incapaces de percibir nada
mientras las cosas ocurren tan cercanas
y de camino a casa
…
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