En medio de un valle había un pueblo y en medio de aquel pueblo apareció un zorro. Era del tamaño de un gato y podía escabullirse a través de las cunetas. Los niños alertaron a los adultos de su presencia. Entre todos decidieron asustarlo para que volviera de nuevo a las montañas.
La luna estaba oculta y las linternas iluminaban la tierra.
Y entre todos, niños y mayores, consiguieron que aquel zorro recorriera de nuevo el camino de vuelta a su madriguera. Y se sintieron muy bien por ello. Aquella noche de verano todos y cada uno de los habitantes de aquel pueblecito durmieron felices en sus camas.
…
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