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miércoles, 7 de diciembre de 2011

Manzanas asadas



Nadie le había explicado cómo asar una patata. Todos se esforzaban para mejorar su educación pero había cosas que debería aprender por sí mismo. Gastaba todas sus energías intentando ser aceptado por los demás. El miedo a ser rechazado le acechaba en todo momento y era difícil escapar de su rayo avizor. Por lo demás era un buen chico y se lo pasaba en grande sin molestar a nadie.

Salió a la calle y se sentó un banco a esperar a sus amigos. Casi siempre llegaban tarde pero no le importaba. Mientras tanto miraba el cielo y se preguntaba qué sentido le arrojaba al mundo. No sabía ni cuándo ni cómo iba a desaparecer. Pensaba desde donde subyacen los deseos del ignorante y se entretenía contando estrellas. El caso es que brillaban sus ojos y se sentía mucho mejor pensando en todo aquello. Rodeaban sus alucinaciones un montón de formas y de seres que le ayudaban a comprender mejor su presente.

Aparecieron sus amigos con la cena. Le llamaron desde lejos y se dirigieron todos hacia las obras.

Por la noche no se podía ver nada en aquellos garajes. La oscuridad era total. Rápidamente quemaron unos cuantos papeles y arrojaron un palé al fuego. Se sentaron en el suelo y se quedaron mirando la hoguera embobados. Al rato colocaron unas patatas envueltas en papel albal sobre las brasas. Mientras esperaban a que se cocinaran, el chico de las ensoñaciones les contaba historias. Interactuaban todos y cada uno de ellos aportando su granito de fantasía. Se desplazaban todos por el aire mientras inventaban sus relatos y reflexionaban acerca de su sentido.

Media hora después desenvolvieron las patatas con mucho cuidado. Estaban muy calientes pero se pelaban con facilidad. La superficie estaba blanda y comestible pero el centro estaba duro y frío.

Se zampaban las patatas como si fueran manzanas crudas.

Tampoco les importaba. Solamente trataban de alterar su rutina y eso era algo importante para ellos. Lo hacían casi todos los días y lo buscaba incansablemente el chico de las ensoñaciones. Lo buscaba para combatir el sinsentido de todo lo que le rodeaba. Quería ser capaz de iluminar las cosas que pasan desapercibidas. Era consciente de que la mejor forma de sentirse vivo era indagar en lo desconocido. Era su manera de relacionarse con los demás y de poder dar un sentido a su vida.


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