Desde Londres hasta Nueva York
su gorda cabeza rapada
estuvo tapando la ventanilla
de nuestro avión
No nos dejó ver nada
a mi hermano y a mí
No nos dejó ver el paisaje
en todo el viaje
su maldito cabezón
Solamente queríamos ver un poco las nubes
Solamente por un instante
poder observar el cielo
y poder hacerlo volando
Nos hacía ilusión
pero no pudo ser
Aquella cabeza rapada
no se movió un pelo
en todo el viaje
¡Maldigo esa cabeza
y maldigo el momento en el cual
se interpuso aquella sombra
entre nuestros sueños
y el paisaje de nuestros sueños!
¡Maldigo todo lo que se interponga
entre nosotros y el mundo!
…
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