Mi vecina del tercero
de ochenta y dos años
me paró un buen día por la calle
y me dijo que le parecía
un chico muy guapo
Yo me lo tomé como un cumplido
y pensé que quizás lo que había pasado
era que le había
recordado
a su marido de joven
que ya no estaba
que ya no estaba
marido que había sido para ella
el amor de su vida
Supongo que todos estos detalles
me hicieron sentirme bien
me hicieron sentirme halagado
Cuando mi vecina me miraba
me imaginaba obsesionado
con ella
y con la mirada puesta
en sus bucles dorados
asomando desde un recoveco
del interior de su sombrero de paño
Me imaginaba
enamorado de sus curvas de antaño
y del tamaño de sus perlas
y de la forma en la cual
se movían sus piernas
cuando bailaba
cuando bailaba
Y visualizaba mi palma rozando
su deliciosa palma
de joven alocada
de chica perversa
con ganas tremendas
de vivir la vida
siempre a tope
¡Qué maravillosa estampa
y qué bonita mujer me imaginaba
todo el rato!
…
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