Apoyado en una barandilla de aluminio
y aburrido como un higo
me trasladaba yo solitario
dentro de un ascensor
De repente me fijé
en una placa de metal
pegada en la parte superior
de la cabina
La placa en concreto
informaba del peso
que aguantaba
la dichosa cabina
Ochocientos kilos
era lo que soportaba
y yo entonces pesaba
sesenta y cinco kilos
sesenta y cinco kilos
“Doce personas como yo” - Pensé
“Doce personas de todos los colores
a mi alrededor”
Eso era lo que soportaba el ascensor
Acto seguido me sentí muy solo
Sumamente solo y deprimido
…
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