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martes, 1 de marzo de 2016

PROFUNDAMENTE DORMIDO

Eran ruidos nocturnos
que me ayudaban
a conciliar el sueño

Las risas y los gritos
de alguno de mis amigos
hablando hasta tarde
en la plaza del pueblo

El aullido
hacia la luna
de algún perro encadenado

El rugir de los camiones
atravesando a toda velocidad
la carretera general
(sus motores resonaban
en las montañas de todo el valle)

Y el sonido y aleteo
de algún murciélago
rozando la persiana
de mi cuarto

Eran sonidos agradables
que me permitían
conciliar el sueño

Imaginando fantasmas
que andaban por los pasillos
me quedaba profundamente dormido

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