Hace años
cuando vivía con mis padres
recuerdo que nuestro vecino del tercero
el viudo y solitario
señor Etxeberría
enchufaba su radio
a todo volumen
y nos deleitaba todas las mañanas
con una larga lista de coplas:
“Como una ola” de Rocío Jurado
“En la niebla” de Isabel Pantoja
y a veces también lo hacía
con cosas más pop como
“La puerta de Alcalá” de Ana Belén
La cosa es que un día falleció,
me lo dijo mi madre
pero yo no me lo podía creer
¡seguía escuchando aquellas coplas!
Se habían pegado en las paredes
de nuestro edificio de cinco plantas
seguían reverberando
en nuestro patio interior
seguían haciéndolo
entre las cañerías
y el hueco del montacargas
se habían impregnado de ellas
todas las sábanas
extendidas y colgadas
en los tendederos
de mis vecinos
No me lo podía creer entonces
y tampoco me lo creo ahora
Rápidamente subí las escaleras y me coloqué
en frente de la casa de mi vecino
que ya no estaba
pegué la oreja en su puerta
y de fondo seguía sonando
la radio
…
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