El otro día
encontré un gusano muerto
dentro de una cáscara de avellana
Supongo que aquel gusano fue feliz
mientras se atiborró de avellana
Supongo que no pensó en nada
mientras se dio el festín
Y supongo que una vez saciado su hambre
y a oscuras en el interior del aquel fruto
el pobrecillo no supo qué hacer
o no supo cómo salir
de su repentina prisión
El caso es que por lo que pude deducir
el gusano después del atracón
en aquel instante de oscuridad y desasosiego
pudo sentir cómo su paraíso terrenal se desmoronaba
y se convertía de repente en su propio ataúd
…
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