Un día escapó de su jaula
y se posó en un árbol del parque
para descansar
No sabía hacia donde volar
No sabía hacia dónde dirigirse
Echaba de menos su prisión
Porque hasta que no abandonó su jaula
no fue consciente de las ventajas
de su reclusión
Siempre soñando con escapar
Siempre soñando con la puerta de su jaula
entreabierta
Y resulta que cuando por fin consiguió volar
hacia su emancipación
ésta le rodeó tan profundamente
que no pudo soportar la presión
¡Pobre canario!
Tan delicado y acostumbrado
al calor del hogar
tanto que no pudo soportar
su anhelada
y repentina libertad
…
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